Antes tenía por increíble que cuando más enfocaba mi pensamiento en algo específico, parecía que cada cosa que miraba o palabra que llegaba a mis oídos tenía que ver que con mi manera de sentir sobre ese algo que estaba tan dentro de mi mente. Ahora… si bien es cierto que todo sigue relacionándose con la forma en que me siento, ya no lo tomo por fantástico aunque haya días en que más me lo parezca, pues me convencí de que ello también forma parte de mí.
Durante tiempo trataba de describirme, hasta que me hallé en palabras.
La esperanza es el cadáver de un ahogado
que siempre me devuelve el tiempo,
ese mar desgranándose imposible
en las cuevas de mis manos.
Entre el Nunca y el Siempre
araño un Todavía.
Entre el Quiero y el No Puedo
sólo encuentro necedad.
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