Bienvenido 2011

domingo, 2 de enero de 2011

No fue tan interesante lo que hice la mayor parte del 31 de diciembre, lo que vale la pena contar es el festejo para recibir al año nuevo. Mi familia y yo comenzamos la celebración con una tradicional cena para despedir el 2010 alrededor de las 8 pm. La diferencia entre la festividad del año anterior y ésta, fue que este año teníamos previsto ir al concierto en el Monumento a la Revolución. Así que cuando terminamos de cenar, cada uno nos alistamos y salimos rumbo a Reforma.

El concierto de la celebración de año nuevo anterior había sido en el Ángel de la Independencia como era costumbre, pero esta vez decidieron trasladarlo al Monumento por aquello del centenario de la Revolución Mexicana. Luego de dar varias vueltas a un montón de calles de Reforma en busca de estacionamiento, llegamos, aunque todavía tuvimos que caminar alrededor de tres cuadras. Las calles en su mayoría estaban rodeadas de autos y la gente era cada vez más. Nos colocamos  en la esquina de una calle donde podía verse el escenario desde su costado derecho. Era un buen lugar a pesar de que estábamos un poco alejados de éste, teníamos además en frente de nosotros una pantalla gigante en la cual se transmitía el concierto. Este fin de año se presentó Joan Sebastian y el grupo Cañaveral. Yo no soy fan de este tipo de grupos y cantantes y tampoco me gusta el género musical al que pertenecen, pero en un festejo como este no tengo ningún inconveniente en escucharlos y ver todo el show que hacen. A decir verdad, disfruto mucho estos festejos que organiza el gobierno de la ciudad y ¡la gente también! pues desde que hizo su entrada el grupo Cañaveral se abrieron pequeños espacios entre las personas para bailar todo lo que tocaban. ¡Y cómo no hacerlo! si aquí en México dónde hay cumbia y salsa no falta el baile. Lamenté no saber bailar, así que nada más miraba a un lado y a otro a las parejas que bailaban, y más a  esas que mostraban sus mejores pasos.

Pero el baile y el relajo fue entrado el 2011. Momentos antes de su llegada, un representante del gobierno del Distrito Federal dio las gracias a todos por venir, entre otras cosas. Fue realmente emocionante cuando en todas las pantallas comenzó la cuenta regresiva para el comienzo del año. “¡10!, ¡9!, ¡8!, ¡7!, ¡6!, ¡5!” todos aguardaban celebrando y algunos captaban con sus cámaras el momento para nunca olvidarlo. “¡Cuaaaatro!, ¡Treeeees!, ¡Doooos!, ¡Uno…!” y entonces sí, todos con fuerza y al mismo tiempo: "¡Feliiiiiiiiiiiiiiiiiz año nueeeeeeeeevoooooooooooo!”. Abrazos, felicitaciones y el júbilo alrededor era todo lo que se podía ver. La fiesta había comenzado. Un verdadero espectáculo fueron los fuegos artificiales surcando el cielo. Cientos de luces coloreando un 2011 lleno de propósitos, esperanzas, ilusiones y sueños renovados. ¡Qué importa el pasado!; ¡Qué importa el ayer! ¡Vamos!, que ahora hay una nueva oportunidad de crecer y mejorar.


Creo que en estas fechas sobre todo, es cuando se suelen valorar más las cosas, recapitular lo acontecido en nuestras vidas y hacer un balance de nosotros con relación a los demás. Es una magnifica oportunidad de ver hacia nosotros mismos y creer, porque es extraordinario darse cuenta que esos momentos que llamamos mágicos, ya sea un cumpleaños, la navidad, el año nuevo y otros tantos más tienen algo especial, porque quizás después de tanta incredulidad, es tiempo de abrirse a un mundo nuevo donde la magia se ve y también se siente.