Al caer la noche y mirando al cielo vi esa estrella, sólo esa, que aunque sé que no era la más bonita del universo, juraría que era más bonita, más bonita que cualquiera… Aquella que resaltaba, que importaba y que me iluminó cuanto pudo; que me guiaba y deslumbraba… fue esa que de un momento a otro convirtió la noche en deseo y necedad, esa misma que me abandonó. Se extinguió… se apagó.
Y aún tenía la esperanza de que volviera a brillar, por momentos parecía darme destellos de luz, quería yo que me volviera a iluminar… y cuando pareció suceder, se encendió y brilló, lo hizo, más que nunca, más que nada… pero esta vez para alguien más.
Hoy después de tanto y aún de día he vuelto a mirar el cielo, tan vivo y azul, sólo tenía preguntas que hacerle ¿Cómo sería poder ver las estrellas al mediodía y no esperar a que anochezca para hacerlo? ¿Cómo sería… la próxima que me alumbraría?