Interior Azul

martes, 19 de enero de 2010

Me gustan mucho los días despejados como hoy, aunque haga mucho calor y se vuelva un tanto desesperante la estancia lejos de la sombra. Últimamente y no desde hace mucho tiempo no he encontrado palabras para describir lo que siento cuando los días son así, en parte es porque estoy mucho mejor que de costumbre y las bajas de melancolía que son muy a menudo en mí se desvanecen al instante, es decir, me olvido de todo cuanto existe y no me preocupa e interesa otra cosa más que contemplar el color vívido del cielo. Pero como nada es para siempre… llega el atardecer, por consiguiente la noche y con ella se va el sentimiento que me ha sido prestado. Todo se vuelve  acomodar, cada cosa regresa a su lugar  y lo único que permanece en mí es el recuerdo de tal vez uno o dos minutos en los cuales no pensaba nada, yo sabía que existía pero… no lo sentía.

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martes 19 de enero

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